"No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños".

» Cicerón (106 AC-43 AC), escritor, orador y político romano.

domingo, 17 de agosto de 2014

EL CATÓLICO BASTARDO QUE PUDO REINAR SOBRE TÚNEZ

Juan de Austria (1545 o 47 - 1578) , por Coello (1567)
     Don Juan de Austria 
fue hijo del hombre más poderoso del mundo: Carlos I de España y V de Alemania. Como tal, los más altos cargos y mercedes, así como el tratamiento de alteza habrían sido lo usual. No fue así. ¿Por qué? Don Juan —Jeromín de nacimiento— era bastardo. Su madre, Bárbara Blomberg, jamás estuvo casada con el emperador, ni siquiera era noble, sino una dama alemana de la burguesía de Ratisbona que cautivara al soberano en una de sus visitas.

      Fruto de sus dispares orígenes, don Juan estaría obsesionado con lograr el tratamiento de alteza y con conseguir un estado propio toda su vida. Debería ganarse por sus propios medios el respeto de sus contemporáneos. Así lo hizo.




De Eduardo Rosales
Presentación de don Juan de Austria al emperador Carlos V en Yuste, de Eduardo Rosales en 1869

     Jeromín viviría ignorante de sus regios orígenes hasta que su padre el emperador lo hiciera traer a Yuste. ¿Por qué el emperador tenía tanto interés por conocerle personalmente? Saldría de dudas a la muerte del César, su testamento fue claro: era su hijo. Por ello su hermano Felipe II le reconoció como miembro de la familia real más poderosa del mundo y cambió su nombre por el que sería conocido en los siglos venideros: don Juan de Austria. El shock debió ser enorme: no era un cualquiera, o peor, un parias; sino que era el hijo del mismísimo emperador.


      En principio elegiría para él la vida eclesiástica, a lo que se resistiría desde joven. Quería trascender, hacer historia...estar a la altura de su padre. En 1565 ya intentaría enrolarse en la flota que partió de Barcelona para defender Malta, si bien no llegaría a tiempo.



Su carrera militar
 
      La primera ocasión para dar rienda suelta a su ambición llegaría con la rebelión de los moriscos de las Alpujarras, siendo elegido por su hermano para sofocarla, lo que efectivamente lograría en 1571. Si bien su "magnus opus", la obra de su vida, la gran hazaña por la que sería recordado, sería por su condición de capitán general de la armada de la Liga Santa en la batalla de Lepanto en 1571 y, por tanto, de artífice de la victoria que supuso —en palabras de Cervantes— "la más alta ocasión que vieron los siglos".

Don Juan de Austria encabezando el ataque cristiano en la nave capitana de la Santa Liga en Lepanto en 1571. Pintura de Juan de Luna Novicio (1887).

Túnez y su oportunidad de reinar

      Y es así, investido como paladín de la cristiandad tras aplastar a los turcos dos años atrás, que don Juan partió de la fortaleza española de La Goleta para tomar Túnez en una rápida campaña. Ya el papa Pio V le había prometido la investidura del primer estado conquistado a los infieles. También lo hizo el nuevo papa Gregorio XIII, que incluso se puso en contacto con Felipe II para que nombrara a don Juan de Austria rey de Túnez. Las ínfulas de ser dueño y señor de un estado de don Juan estaban apunto de verse cumplidas. Entonces... ¿por qué Túnez no es hoy un estado de raíces cristianas?

grabado anónimo
Tropas españolas en Túnez en la expedición
anterior bajo el reinado de Carlos V (I). La
expedición de Don Juan debió ofrecer una vista
similar.// Grabado anónimo del s. XIX.
      Lo cierto es que su hermano Felipe II, el rey en cuyos dominios no se ponía el Sol, se negó. Ya lo hiciera por temor a que su medio-hermano adquiriera un poder que pudiera rivalizar con el suyo, por envidia de los éxitos de su bastardo hermano convertido en el más grande héroe de la cristiandad, o por el empeoramiento de la situación en Flandes; el hecho cierto es que don Juan, trasladado a Italia, jamás sería nombrado rey de Túnez, volviendo a caer la ciudad en manos musulmanas al año siguiente.

      Quien sabe donde habría llegado la monarquía hispánica de instalar un reino cristiano vasallo en Túnez e invertir allí todos los recursos que en cambio se despilfarraron en Flandes en una guerra devastadora que únicamente defendía los intereses de una casa reinante y no los de una nación. Quizá el sueño de Isabel la Católica de extender los dominios cristianos por la antigua Hispania Transfretana romana se hubiera cumplido, puede que incluso un Magreb hispano. En cualquier caso, Felipe II fue tajante en negar la creación de tal estado, por lo que hablar de un Magreb hispano o un Oriente Medio cristiano deja el campo de la historia para adentrarse en el de la imaginación: sueños de un adalid de la cristiandad, una quimera histórica que nunca llegó.

Por José Villegas
La última entrevista de don Juan de Austria con su hermano Felipe II. Por José Villegas (s. XIX).


FUENTES:
*ELLIOTT, J.H.: La España Imperial 1469-1716, Ediciones Ejército, Madrid, 1981.
*DOMÍNGUEZ ORTIZ, Antonio: España, tres milenios de historia, Marcial Pons, Madrid, 2007
 *DE MONTOTO Y DE SIMÓN, Jaime.-DE MONTOTO Y COELLO DE PORTUGAL, Jaime: El arte de la guerra: estrategia militar hasta el siglo XX, Libsa, Alcobendas (Madrid), 2013.
*GRANT, R.G.: 1.001 batallas que cambiaron el curso de la historia, Grijalbo, 2012, Barcelona.
*QUERALT DEL HIERRO, Maria Pilar: Arlas Ilustrado de la Historia de España, Susaeta, Madrid, 2006. 




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