Epaminondas y el Batallón Sagrado en Mantinea |
Hubo en el siglo IV a.C. un cuerpo de élite capaz de doblegar a los hasta entonces temibles espartanos, capaz de alterar el orden establecido en Grecia, acabar con la hegemonía espartana e imponer —aunque brevemente— la hegemonía de Tebas. Eran escogidos de entre los mejores y más valientes soldados tebanos. 300 aguerridos soldados capaces de marcar la diferencia bajo las órdenes de su brillante general: Epaminondas.
¿SU SECRETO?
Además de la preselección, el entrenamiento, la disciplina y la moral propias de un cuerpo de élite; todos eran y combatían por parejas —en lo personal y en lo militar—. Plutarco, historiador de los ss. I-II d.C., los describe de la siguiente forma:
Para hombres de la misma tribu o familia hay poco valor de uno por
otro cuando el peligro presiona; pero un batallón cimentado por la
amistad basada en el amor nunca se romperá y es invencible; ya que los
amantes, avergonzados de no ser dignos ante la vista de sus amados y los
amados ante la vista de sus amantes, deseosos se arrojan al peligro
para el alivio de unos y otros.
Un destacamento creado con la convicción de que en un ejército de amantes cada soldado lucharía hasta la extenuación por proteger a su pareja y aún más allá de la misma por vengarla.
ORÍGENES
Recreación de un hoplita tebano |
Según Plutarco, fue el comandante tebano Górgidas quien creó dicho cuerpo de élite, que en un primer momento fue distribuído a lo largo de todas las filas de batalla para reforzar la moral del ejército. Si bien sería el también comandante tebano Pelópidas quien descubriría su verdadera utilidad. En 379 y 378 a.C. una revuelta había expulsado a la guarnición espartana de Tebas, que intentaría desde entonces reestablecer su control sobre la Liga Beocia. En aquella época Esparta ejercia su hegemonía por toda Grecia de forma indiscutible. En 375 a.C. llegaría a oídos de Pelópidas que la guarnición espartana de Ocrómino había partido en expedición de la misma, situación que aprovecaría para dirigirse con el Batallón Sagrado y un cuerpo de caballería para tomar la ciudad. Si bien al acercarse descubrió que un numeroso ejército espartano estaba acercándose a la ciudad, por lo que dio media vuelta. En su retirada se topó con la guarnición espartana que regresaba a la ciudad. En lugar de huir por la desigualdad numérica —unos 1.800 espartanos frente a los 300 del Batallón sagrado y el escuadrón de caballería—, Pelópidas plantó batalla y la tenaz resistencia del Batallón Sagrado puso en fuga al ejército espartano. El Batallón demostró su eficacia y desde entonces ya lucharía siempre como fuerza compacta y no distribuyéndose las parejas entre el resto del ejército.
APOGEO
General Epaminondas |
Su momento de mayor esplendor llegaría con la Batalla de Leuctra en 371.a.C.. Allí unos 7.000 tebanos guiados por el brillante general Epaminondas se enfrentaron a aproximadamente 11.000 espartanos encabezados por su rey Cleómbroto I. Lo usual en aquella época era establecer una masa de hoplitas compacta distribuida en filas de 8 a 12 hombres que se estiraban uniformemente por el campo de batalla. En cambio, Epaminondas, para hacer frente a la alarmante superioridad numérica espartana, decidió innovar sobrecargando de hombres el flanco izquierdo con filas de hasta 50 hombres de profundidad encabezados por el Batallón Sagrado, en perjuicio del centro y el flanco derecho de la formación. Esto era algo totalmente inusual, pues dado que el flanco izquierdo era el del escudo y tendía naturalmente a resistir mejor los embates, solían situarse allí las peores tropas; mientras que por contra, el flanco derecho, el de la lanza, que tendía naturalmente a retroceder al no tener cobertura, era donde se situaban las tropas con mayor experiencia para así evitar que retrocedieran.
Una jugada sumamente arriesgada, pues si el flanco sobrecargado y el Batallón Sagrado no conseguían derrotar rápidamente a la élite de las fuerzas espartanas, la inferioridad numérica y la debilidad del centro y del flanco derecho tebanos, terminarían cediendo ante los más numerosos espartanos. Para evitar este desenlace y conseguir la victoria, Epamonindas situó la línea en oblicuo hacia atrás para que el flanco izquierdo espartano tuviera que avanzar y así ganar tiempo para que el Batallón Sagrado y el flanco reforzado vencieran a la élite del ejército espartano.El resultado fue exactamente el que buscaba Epamonindas: el flanco iquierdo sobrecargado y el Batallón Sagrado se impusieron a los espartanos al tiempo que la formación oblicua evitó que los espartanos sobrepasaran el centro y el flanco derecho tebanos, provocando una estampida general que supuso una aplastante victoria tebana. Según las fuentes las cifras de bajas van de 47 a 300 en el lado tebano y de 1.000 a más de 4.000 en el espartano, incluido el mismísimo rey Cleómbroto. Fue la primera gran derrota de un ejército espartano en campo abierto frente a un ejército tebano, una derrota que marcaría el fin de la hegemonía espartana y el comienzo de la tebana.
Las victorias tebanas apoyadas en la nueva formación y en el Batallón Sagrado no acabarían en Leuctra, sino que volverían a vencer de la misma forma a una coalición espartano-ateniense que intentaba frenar la creciente influencia tebana 9 años después en la Batalla de Mantinea. Si bien sería una victoria agridulce, pues el propio Epaminondas caería en combate, dejando a Tebas y al Batallón Sagrado sin su más brillante general.
CAÍDA
Lo cierto es que tal hegemonía no duraría ni 30 años, pues en la Batalla de Queronea en 338, el rey Filipo II y su hijo Alejandro Magno, derrotarían a una coalición griega encabezada por Tebas y Atenas y aniquilarían al Batallón Sagrado. Los hombres del Batallón Sagrado caerían haciendo honor a su fama: combatiendo en su puesto desde el primer hasta el último hombre. Tal fue el valor demostrado por estos soldados de élite batiéndose hasta la muerte, que el propio Filipo II, al contemplar sus cadáveres y comprender quienes eran afirmó:
El León de Queronea |
Perezca el hombre que sospeche que estos hombres o sufrieron o hicieron algo inapropiadamente.
Curiosamente Filipo II se había criado en Tebas al ser enviado de joven como rehén tras las victorias de Leuctra y Mantinea. En aquellos años estudiaría a la falange tebana y al Batallón Sagrado para posteriormente copiarla y mejorarla creando la fuerza que sustentaría la conquista por su hijo Alejandro de todo el mundo conocido: la falange macedonia.
Tan honda impresión causaron a sus contemporáneos los hombres del Batallón Sagrado con su hazaña, que erigieron en el lugar de la batalla a modo de tumba comunal un monumento en honor de los caídos conocido como "El León de Queronea", bajo el cual serían efectivamente encontrados en época reciente los cuerpos de 254 soldados del Batallón Sagrado en el exacto lugar donde calleron combatiendo hace unos 2.300 años.
FUENTES:
*MONTANELLI, Indro: Historia de los Griegos, Barcelona, Debolsillo, 2005.
*GRANT, R.G.: 1.001 batallas que cambiaron el curso de la historia, Grijalbo, 2012, Barcelona.
*TUCKER, Spencer: Battles That Changed History: An Encyclopedia of World Conflict, Santa Bárbara (California), Greenwood, 2010.
OTRAS ANÉCDOTAS EN LA ANTIGUA GRECIA:
- MARATÓN, la batalla que salvó el mundo occidental
- El origen de LA TIRANÍA
No hay comentarios:
Publicar un comentario